Monday, April 18, 2011

El bacalao con viandas y el ramito bendecido pa’l carro y uno pa’ la casa: Son símbolos de Semana Santa en mi casa

Desde que vivo por los California, como me dicen algunas de mis amistades, no sé, ni los dias que vivo. Caí en cuenta que ésta, es la Semana Santa, cuaresma, o la semana mayor, como muchos le llaman, en Puerto Rico. Y es que acá en el west coast, las cosas son bien diferentes. No oigo nada de esto y me hace falta, también me hace recordar momentos en mi vida.

Soy una adulta y aunque mis creencias siguen siendo las mismas, básicamente, son ejecutadas de diferente manera, a como lo hacía de niña. Recuerdo que era, escuela, lunes y martes y lo demás; libre, no clases, lo que por supuesto, me daba una alegria inmensa… mas tiempo para correr mi bicicleta, mis patines, inventar nuevos pasos con la música de Menudo, jugar al angel, al esconder y mas tardecito, a la tiendita de Doña Mercedes a comprar dulces.

Yo con todos esos planes, sabiendo que era sólo un ratito, por dia… es Semana Santa, recuerda… me recalcaba mi mamá. Recuerda que es la semana para reflexionar, estar tranquil@, nada de hablar alto, nada de música, nada de martillar el viernes, por nada del mundo, pecado!!! Es la semana para comer bacalao con viandas, nada de carne, pecado!!! Así que, a ver las películas de Jesús, toditos sentados, calladitos y a comer bacalao con viandas: decía mi mamá. Ah!!! y el domingo, vamos pa’ la misa de pascua a buscar el ramito bendecido, siguió diciendo ella, bien emocionada.

Pues yo, entre juego y juego, escuché que: ¿Qué? ¿Van a hacer un viacrucis por aquí? Yo quiero ir… le dije a mi mamá, a lo que me contestó: NO Si no puedo ir: NO me dijo ella. Le volví a preguntar como 15 veces mas a lo que me dijo: NO. Mami, por favor TODO EL MUNDO VA!!! Dije: NO, volvió a repetirme. Mami, va todo el mundo de aquí. Te dije NO. Ma, por favor, por favor, por favor, NO. Todas mis amigas van mami, la mamá de fulana y la mamá de sutana de verdad, ma… NO dije y YA!!! Hay Dios, a mi nunca me dejan ir a ningún sitio. Estuve con la cantaleta como 2 horas sin parar. Y de verdad que todo el mundo iba para ese viacrucis… ¿Por qué no? Es un evento religioso / viacrucis (La costumbre es hacer un recorrido grupal que puede tener lugar dentro del templo o por las calles, deteniéndose en cada estación y haciendo una oración en cada una, una lectura de algún pasaje del evangelio y también un canto. Es una práctica que fundamentalmente se realiza el Viernes Santo. También es costumbre esta práctica en los viernes de cuaresma).


Cuando le volví a insistir esta vez diciéndole: mami es para rezar, se conmovió y aún no muy convencida me dijo, vas pero ten cuidado y vengan rápido. Las paradas eran básicamente darle la vuelta al redondel, frente a donde vivía, tanto, que mientras se realizaba esta procesión yo podía ver a mi mamá en el balcón.

¡Me puse mas contenta! Me voy “con el vecindario” para mi primer y (último) viacrucis. Salimos tod@s del área, me dieron una vela grande, blanca, prendida, y yo: Feliz!!! También me dieron un papel con las canciones que se iban a cantar J Empezamos a caminar, a rezar a cantar las canciones de la iglesia, en la calle, esto para mi era algo nuevo y emocionante. Que bueno que me dejaron venir, le dije a una de mis amiguitas, si que bueno, esto esta super chévere, ¿Verdad? Me dice mi amiguita... a lo que yo le contesto: Si, super chevere.

Bueno, llevamos como 20 minutos entre parada y de momento no me ven... y yo confundida, callada, asombrada por lo que me está pasando pienso: ¿Qué es peor, haberme caido en una alcantarilla con la mitad de mi cuerpo dentro de la alcantarilla y la otra mitad fuera de ella, o cuando le digan a mi mamá y a mi papá lo que acaba de pasarme?... Que regaño me van a dar, por voluntariosa, pensé...

Si, me caí en una alcantarilla, me ayudaron super rápido a salir y de la misma manera en que yo estaba asustada, estaban los demás, viendo a ver quien le dice ahora a mi mamá y a mi papá, porque los vecinos saben como son ellos de responsables y como se preocupan por mi.  Entonces: ¿Quién le dice? No hubo que decirles nada a mis padres, ya que ellos desde el balcón vieron que algo andaba raro conmigo. Yo no sentí cuando caí en la alcantarilla, ni cuando me corté el muslo, ni cuando la sangre corrió por mi muslo.

Lo que si sentí fué, el no haber respetado ese NO de mi mamá. Debí quedarme quietecita viendo las películas de Jesús, tranquilita comiendo bacalao con viandas y esperando al domingo de Pascua, para ir a buscar el ramito bendecido pa’l carro y uno pa’ la casa…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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